El Hospital de Niños de Melbourne, ubicado en Australia, ha generado controversia al ofrecer tratamientos de cambio de género a niños de tres años en adelante. Con este aval médico que permite a psiquiatras trabajar con infantes hasta con adolescentes de 17 años, se dará inicio a acompañamientos “inclusivos” con los que los menores podrán indicar cómo se sienten e informarse sobre qué quieren hacer a futuro con sus cuerpos.
En un intento de minimizar la situación, el hospital informó que el enfoque terapéutico en infantes y niños en edad preescolar se centrará en, lo que ellos han denominado, estudios de “afirmación de género”. Aunque, a medida que estos vayan creciendo, el mismo nosocomio ofrece una gama más amplia de tratamientos como bloqueadores de pubertad, hormonas de estrógenos o testosterona.
Tras el revuelo y repercusión que generó la noticia, la senadora liberal Claire Chandler cargó contra la medida y pidió al gobierno australiano no adaptarse a las ideologías que promueven las “pseudociencias”.
Los especialistas de la salud que avalan estas medidas explicaron que, si bien a esa edad “no todos los niños” demuestran “intereses sexuales” que indiquen su orientación, sí muchos de ellos se expresan con las prendas que eligen vestir y con los juguetes.
Bajo ese pie, la senadora advirtió que el hecho de que se evalúe el futuro de un menor de edad sometiéndolo a tratamientos irreversibles solo porque juega con un juguete o se viste de tal forma, es completamente irresponsable e ilógico.