En la prestigiosa institución católica Saint Francis High School, en California (Estados Unidos), dos adolescentes sufrieron duras sanciones, escraches y fueron expulsados tras la viralización de una selfie en donde se los ve con una crema facial color negro. Las imágenes datan del año 2017, pero recién esta última semana pudieron darle cierre a este tenso capítulo y esclarecer la situación.
La selfie transcendió en 2020 después de la muerte George Floyd provocando una ola de insultos contra los jóvenes a quienes se los acusaba de “racistas”, “odiadores” y “nazis”. “Utilizaron la foto maliciosamente para acusar a los estudiantes de practicar ‘blackface’“, comentó la parte demandante en el intercambio de denuncias que llegó a su fin.
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— UHN PLUS (@UHN_Plus) May 9, 2024
Dos adolescentes de California han sido indemnizados con 1 millón de dólares tras ser injustamente acusados de "blackface" por publicar una fotografía en la que llevaban crema para el acné, lo que resultó en su expulsión de la prestigiosa Saint Francis High… pic.twitter.com/AUG1f16ouc
La institución educativa cedió, en aquel entonces, ante la presión de las redes y los medios que acusaban a los jóvenes de burlarse de la muerte de Floyd. Hecho que empujó a las víctimas a iniciar acciones legales contra la escuela por un total de 20 millones de dólares.
Los demandantes probaron que, efectivamente, todo se trató de un mal entendido y que la fotografía no evidenciaba más que un buen cuidado de cutis; no era “crema color negro”, sino una mascarilla de limpieza contra el acné que, al sercarse, se torna de ese color.
NEW: Two teens in California awarded $1 million after being accused of 'blackface' while wearing acne cream, forcing them out of their elite Catholic school.
— Collin Rugg (@CollinRugg) May 9, 2024
The teens sued Saint Francis High School after initially seeking $20M.
The photos were taken in 2017 but reemerged after… pic.twitter.com/c0WqhA4wCx
Los jóvenes criticaron tajantemente el manejo por parte de la escuela y aseguraron que se utilizó injustamente una selfie inocente para “alimentar acusaciones de racismo completamente infundadas”. Tras probarse el hecho, los dos afectados llegaron a un acuerdo y fueron compensados con una suma de 1 millón de dólares.